El nombre de Ulea, cuyo nombre parece traducirse por Ulliya = "la Alta", no lo documentamos hasta la segunda mitad del siglo XIV. Con toda probabilidad tras la reconquista sería una pequeña alquería integrada en el término de su vecina Ojós, hasta que un posterior desarrollo poblacional permitió su segregación e independencia, pasando la fortaleza a denominarse las Peñas de Olea (Ulea). Como todas las localidades del Valle de Ricote, desde 1.285 estuvo integrada en la encomienda santiaguista de dicho nombre, hasta la segunda mitad del siglo XIX.La presencia del río Segura junto a la localidad de Ulea ha tenido siempre una gran influencia a lo largo de su historia. Se piensa que los primeros pobladores se presentaron en estas tierras en tiempos neolíticos, si bien no hay yacimientos arqueológicos que lo demuestren.
En la ladera del monte El Castillo hay unos restos que certifican la existencia de un poblado íbero en los siglos IV - III a. de C.. En esta zona, se han hallado algunas cerámicas con decoración geométrica. El poblado debía de vivir en esta época de la agricultura, la ganadería y pesca. En el cercano paraje del Salto de la Novia se encontraron entre 1.970 y 1.972 los restos de un poblado romano de los siglos IV y V d. de C.. Su ubicación se debería a la importancia estratégica de este punto para la defensa del Río Segura por el Valle de Ricote. Una muralla cerraba la zona protegiendo aquellos puntos en los que la defensa natural no era suficiente. Otro vestigio romano es una calzada datada en los siglos I - III d. de C. y que estuvo en funcionamiento hasta los siglos XVII y XVIII. Conectaría Cartagena con Chinchilla pasando por el Puerto uleano de La Losilla.
 En el Valle de Ricote tuvo su origen la Tercera Taifa de Murcia, al producirse la sublevación de Ibn Hud contra los almohades en el 1.228. Los cristianos reconquistaron el Valle de Ricote durante el siglo XIII. La fortaleza que existía en la actual Ulea se encontraba entonces despoblada y fue destruida, igual que sucedió con todos los castillos del valle.Ulea fue entregada a la Orden de Santiago como el resto del Valle de Ricote (a excepción de Archena) al igual que otros muchos territorios del fronterizo Reino de Murcia. Fue esta Orden la que trajo la reliquia del Lignum Crucis, venerada durante las actuales Fiestas de mayo. A principios del siglo XVI, los musulmanes presentes en Ulea y que no deseaban abandonar la Península Ibérica e convirtieron al cristianismo, transformándose las mezquitas en iglesias, fenómeno que se produjo en todo el Valle de Ricote.
En el Valle de Ricote tuvo su origen la Tercera Taifa de Murcia, al producirse la sublevación de Ibn Hud contra los almohades en el 1.228. Los cristianos reconquistaron el Valle de Ricote durante el siglo XIII. La fortaleza que existía en la actual Ulea se encontraba entonces despoblada y fue destruida, igual que sucedió con todos los castillos del valle.Ulea fue entregada a la Orden de Santiago como el resto del Valle de Ricote (a excepción de Archena) al igual que otros muchos territorios del fronterizo Reino de Murcia. Fue esta Orden la que trajo la reliquia del Lignum Crucis, venerada durante las actuales Fiestas de mayo. A principios del siglo XVI, los musulmanes presentes en Ulea y que no deseaban abandonar la Península Ibérica e convirtieron al cristianismo, transformándose las mezquitas en iglesias, fenómeno que se produjo en todo el Valle de Ricote.



 Son importantes los embutidos entre los que cabe resaltar la longaniza, el relleno y las morcillas de cebolla. En la actualidad, se ha recuperado la cabaña del “Chato Murciano” raza autóctona de cerdo que estaba casi extinguida. El “Chato Murciano” es un cerdo de cabeza menuda (chato) y cuerpo largo con capa oscura, de características parecidas al cerdo ibérico, que proporciona embutidos de gran calidad.La caza es otro elemento gastronómico fundamental en la zona. Los guisos de conejo, jabalí, perdiz y venado se preparan tanto al estilo tradicional como con salsas al estilo de la nueva cocina.
 Son importantes los embutidos entre los que cabe resaltar la longaniza, el relleno y las morcillas de cebolla. En la actualidad, se ha recuperado la cabaña del “Chato Murciano” raza autóctona de cerdo que estaba casi extinguida. El “Chato Murciano” es un cerdo de cabeza menuda (chato) y cuerpo largo con capa oscura, de características parecidas al cerdo ibérico, que proporciona embutidos de gran calidad.La caza es otro elemento gastronómico fundamental en la zona. Los guisos de conejo, jabalí, perdiz y venado se preparan tanto al estilo tradicional como con salsas al estilo de la nueva cocina.
