La población de Calasparra se encuentra aproximadamente en el centro de su término, en las estribaciones de la Sierra del Molino, contando a sus pies con la amplia vega arrocera que le da fama, atravesada por el Segura. En sus proximidades se produce la unión de este último con el Argos. En la parte oriental del municipio, transcurre el último tramo del río Quipar, donde destaca el Embalse de Alfonso XIII que represa sus aguas.
El Segura hace entrada en el término calasparreño en su parte más noroccidental, justo cuando el río Mundo se une al Segura, cambiando bruscamente su dirección NO-SE por NE-SO -tramo que sirve de límite con el amplio término de Moratalla.
Poco antes de la unión del río Alhárabe, en las proximidades del Santuario de la Esperanza, el Segura cambia de nuevo su dirección, tomando una más O-E, pasando a discurrir en su integridad dentro del municipio, formando su conocida vega situada en la parte central del mismo. En la zona más occidental del término, limitando con Cieza, se localiza el paraje denominado Cañón de Almadenes, donde el Segura atraviesa la mencionada Sierra del Molino, lugar donde se le une el Quípar.
El arroz es el producto por excelencia de Calasparra y, junto con el del delta del Ebro y el de Valencias, son los tres únicos arroces españoles con denominación de origen. La D. O. Calasparra se reconoció en 1.986, aunque el cultivo del arroz en la zona se remonta hasta el siglo XVIII.
Esta variedad de arroz requiere una mayor cantidad de agua y un mayor tiempo de cocción, con lo que el grano se hincha más y se le impregnan más los otros sabores. Se recolecta entre octubre y noviembre. La zona de la denominación de origen "arroz de Calasparra" comprende los municipios de Calasparra, Moratalla y Hellín (Albacete).
El escudo de Calasparra tiene su origen en el motivo representado en la Fuente de la Corredera que data del año (1.775), así como en otros motivos coetáneos, como los labrados en los bancos para las autoridades del concejo antiguamente situados en la Iglesia Parroquial de San Pedro. Motivos semejantes, aunque más tardíos se encuentran también en dicha iglesia, así como en la fachada de la ermita de los Stos. Mártires Abdón y Senén.
Aparentemente el emblema municipal sólo empezó a usarse en publicaciones institucionales con la corporación de D. Federico Jaen Pérez - Muelas (1.961 - 1.968). Así, el escudo oficial, aprobado por el Ministerio de Gobernación en 1.962, y con el preceptivo dictamen de la Real Academia de Historia, queda blasonado como sigue:
De plata, torre de gules, donjonada, aclarada y mazonada de sable, en cuyo homenaje hay un estandarte de sable; y siniestrada de parra de sinople, frutada de púrpura. Al timbre, corona real.
La significación del escudo es compleja y puede fundamentarse en tres niveles diferentes.
1. Histórico. Existencia real de una torre del homenaje en el castillo fortaleza, residencia simbólica del Comendador de la Orden de San Juan. Existencia más problemática de un bosque de olmos, emparrados, en sus aledaños (José Villava y Córcoles 1.730).
2. Heráldico. Es un arma parlante. Se trata de un jeroglífico que dice Castillo de la Parra, y este sería el significado auténtico del nombre de la villa (José Villava y Córcoles 1.730) o uno de los significados posibles (Juan Lozano 1.794). Dicha etimología hoy día considerada incorrecta es contemporánea de la Fuente de la Corredera.
3. Iconográfico. La fortaleza como la viña son símbolos marianos, mientras que la corneta negra y el fruto de la vid, indican respectivamente a San Juan Bautista y a Jesús el Cristo. La torre es la torre de David según un emblema semejante (Nicolás de la Iglesia 1.659) y la refundación del pueblo – un lugar inhóspito- sólo fue posible bajo la protección de María (José Villava y Córcoles 1.730).
Merced al olvido de la documentación inicial de 1.962, la representación cromática del escudo ha sido todo lo variada que podía esperar. Para solucionar el problema se han llevado a cabo distintos blasonamientos entre los que destacan los de Serafín Alonso, Luis Lisón y Eduardo Panizo. Estudios más completos de blasonamiento han sido llevados a cabo con motivo de la reconstrucción de la bandera de Calasparra en 2.008, sobre la base de la investigación histórica realizada por José Juan Moya y Martínez, y la investigación simbólica por Luis Armand Buendía (UPV).
Actualmente el escudo está en proceso de rehabilitación.