Te encantará pasear por sus calles empinadas y estrechas y llegar hasta la plaza de la Constitución. Desde allí nos dirigiremos a la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Belén, un templo del siglo XVIII cuyo interior vale la pena visitar. En sus tres naves podrás encontrar esculturas barrocas muy interesantes, como la que representa a San Joaquín.
Un gran plan de senderismo en Bigastro puede ser acercarte al paraje natural de la Loma Ancha, donde la vegetación propia de las zonas de umbría se alterna con paisajes semiáridos y donde existe una interesante biodiversidad.En el momento de su fundación, la agricultura se dedicaba al lino y al cáñamo; en el siglo XIX, la caída del sector textil la hizo derivar a los cítricos y a los productos de la huerta, manteniendo también la agricultura de secano. Actualmente también hay actividad industrial representada en los sectores de la construcción, manufactura y turismo.
Verbenas, barracas, la alborada y la multitudinaria procesión en honor al "abuelo" son la esencia de las fiestas de San Joaquín, en agosto. Pero hay muchas más: El Rosario de la Aurora, todos los domingos de octubre. Y las fiestas de la Santa Cruz, de la Romería de San Isidro, de Santa Ana, etc. La tradición musical se remonta a más de un siglo y se expresa en el prestigio de la Sociedad Unión Musical de Bigastro.
Las plazas y las empinadas y estrechas calles del municipio invitan a hacer un recorrido urbano, deteniéndose en su céntrica calle peatonal de La Purísima, pulmón de la actividad comercial de la localidad, pasando por el Parque Municipal Huerto del Cura, donde el paseante puede hacer un alto y disfrutar de la vegetación y frescura, y los niños pueden divertirse con el parque infantil.Si accedemos a la parte alta del municipio, verdadero balcón de la Vega Baja, podemos deleitarnos con las vistas de la extensa huerta y los pueblos cercanos.









En Bigastro este interés despertó en el año 1.973 cuando se aprobó en sesión plenaria la confección de un escudo que presidiera los actos oficiales y que pudiera imprimirse en los documentos de la Corporación, aunque éste no pudo inaugurarse hasta 1.975, ya que la realización de un símbolo tan selecto y notable debía contar con un estudio previo en base a la historia de la localidad para poder ser aprobado por parte del ya extinto Ministerio de la Gobernación.