El origen del nombre de Torrevieja (en valenciano, aunque no oficialmente, Torrevella), se remonta a la época de la Reconquista, en referencia a los diferentes adjetivos descriptivos compuestos de "torre" y "vigía" en alusión a la existencia de torres de observación contra los ataques de la costa levantina. Por tanto, para el caso de Torrevieja, esta contaba con dos torres defensivas y de vigilancia situadas concretamente en la zona del cabo Cervera, donde las más importantes fueron la de "Torrelamata" que da nombre a un pedanía torrevejense y la "torre-vieja" que se encontraría próxima a la cala Cornuda y de la cual se deriva el origen del nombre de la ciudad.En aquellos tiempos, Torrevieja no era más que un conjunto de torres vigías y de casas en las que vivían los trabajadores de las salinas. Fue en 1.803 cuando Carlos IV decidió trasladar la administración de las Salinas Reales junto a la "Torre Vieja", y así es como el nombre del municipio deviene de la antigua Torre Vigía, o Vieja, situada en las Eras de la Sal, un antiguo embarcadero de sal.
Las Salinas de Torrevieja son anteriores al siglo XIII y fueron una antigua posesión real.
Hasta 1.802 en Torrevieja únicamente existía una antigua torre de guardia, que le da el topónimo al lugar, y algunas casas de salineros. Pero en 1.803, el rey Carlos IV decretó el traslado de la administración de las Reales Salinas desde La Mata a la ubicación del actual núcleo de Torrevieja, y se autorizó la construcción de casas. En 1.829, la población fue totalmente destruida por un terremoto y reconstruida posteriormente. La producción y el comercio de la sal determinaron y organizaron la vida en este lugar, convertido en 1.931 en ciudad por privilegio otorgado por Alfonso XIII. La producción artesanal se limitaba en el siglo XIX a la fabricación de lino, cáñamo y algodón para el consumo popular. A pesar de que el fondeadero dificultaba la carga de la sal, el puerto no se acabó de construir hasta 1.954.